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Revista de Folklore número

142



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EL CARNAVAL EN LA COMARCA LEONESA DE RUEDA

PUERTO, José Luis

Publicado en el año 1992 en la Revista de Folklore número 142 - sumario >



Son tres los días de celebración carvavalesca en la comarca leonesa de Rueda, rodeada de montes y situada a orillas del río Esla, entre Cistierna y Mansilla de las Mulas, y que agrupa a los pueblos pertenecientes a los ayuntamientos de Cubillas de Rueda, Gradefes y Valdepolo: domingo, lunes y martes, anteriores al Miércoles de Ceniza. El domingo de Carnaval es conocido en estos pueblos con el nombre de Domingo Gordo. El lunes se llama Lunes de Carnaval. Y el martes recibe el nombre de antruido.

EL DOMINGO GORDO

Existen, en la mayoría de los pueblos, fórmulas rimadas que se inician con el Domingo Gordo, siguen con el de Ramos y terminan con el de Pascua; son fórmulas rimadas que circulan en otras tierras del dominio leonés, aunque con variantes, como, por ejemplo, la Sierra de Francia salmantina, y que aluden a la caza, preparación y comida de un pájaro, que en las versiones de esta comarca es un tordo. He aquí cuatro de ellas:

La de Gradefes:

El Domingo Gordo
matamos un tordo,
el Domingo Ramos
le pelamos
y el día Pascua
le cenamos.

La de Sahechores:

El domingo Gordo
matamos un tordo,
el Domingo Ramos
le pelamos
y el Domingo Pasquilla
hacemos una tortilla.

(Domingo Pasquilla es el domingo siguiente al de Pascua).

La de San Bartolomé de Rueda:

El Domingo Gordo
matamos un tordo,
el Domingo Ramos
le pelamos
y el día Pascuilla
lo echamos en la escudilla.

La de Villacidayo:

El Domingo Gordo
matamos un tordo,
el Domingo Ramos
le pelamos
y el día Pasquilla
le hacemos en una tortilla.

En Villacidayo, el Domingo Gordo se come algo mejor que en los otros. Nada más salir de misa, se come un torresno que se saca de la androja (un tipo de embutido). Y, en la comida, hay cocido, con chorizo...

MASCARAS Y DISFRACES

Las celebraciones carnavalescas se dan en esta comarca, sobre todo, durante el Martes de Carnaval, es decir, en antruido. Este día, aparecen máscaras y disfraces, que son de muy variados tipos:

-Los guirrios: Constituyen, en Villacidayo, los más importantes enmascarados del Carnaval, hasta el punto que se dice: "El día de Carnaval nos vestimos de guirrio", como sinónimo de vestirse de máscaras. Este disfraz o máscara lo llevan tanto las mujeres como los hombres. Hay muchos guirrios; es casi de lo que se disfraza la mayoría de la gente.

Los guirrios llevan sombreros de paño o de paja, todos rotos; "mientras más contraste hiciera -nos dice una informante-, mejor gustaba a la gente". Toda la cara, tiznada y con bigotes y barba pintados también con tizones; aunque, a veces, va tapada con un pañuelo fino o con una máscara de cartón. Alrededor del cuello, llevan cencerros, que con el movimiento van tocando. En el torso, bien una chaqueta vieja toda rota, la peor que se encontrara ("mientras más telarones de esos que pusieras -nos dicen-, mejor hacías el guirrio"), de colores a ser posible, incluso sin manga, sólo con el forro de la misma, y con plumas prendidas en el ojal del cuello y papeles que prenden los demás en su parte trasera; o bien una zurrona de pastor, toda pelada ("cogían lo peor que hubiera; era lo que más hacía reir"); si el disfrazado es un hombre, dentro de la chaqueta o la zurrona, en los hombros, se le pone alguna almohada para formar joroba, y si es una mujer, se le ponen bultos en los pechos para simular "tetonas" ("lo que más contraste hiciera"). Unos pantalones todos rotos, con la bragueta abierta y saliendo de la misma un moquero blanco (pañuelo de los mocos) y, por la culera, también descosida, enseñando otro trapello; o, en vez de pantalón, unos calzoncillos largos, con una pierna blanca y la otra negra. Estos contrastes, que nuestros informantes nos remarcan, eran "lo que más hacía reir". Y las alpargatas, cada una de un color.

Y van con cestas como las de las gitanas, pidiendo por todas las puertas de las casas, para que los vieran; unos les dan un huevo, un trozo de chorizo otros, o un torresno... Tocan también la pandereta y bailan en alguna plazoleta o en alguna calle; y, al andar, les van sonando los cencerros que alrededor del cuello llevan.

En Gradefes, sólo un mozo se disfraza de guirrio, lo hace también en antruido. Se viste con todos los trapos de los distintos colores que encuentre; cuantos más, mejor: andrajos, manteos, mantas, trapos... Lleva en la cabeza un gorro o un sombrero, en el que van colocadas plumas pintadas de varios colores y otras guirriadas, como cintas de distintos colores. Va con la cara tiznada. En un brazo, lleva una cesta con cernada (ceniza), que va tirando a todo aquel con quien se encuentra. Se pone a bailar con cualquier persona o grupo que ve y, a veces, lleva una cacha (cayada) que lanza a los pies de los muchachos, que lo van siguiendo por todas las calles.

La figura del guirrio aparece también en Asturias, como indican, por ejemplo, Constantino Cabal (1) o Aurelio de Llano Roza de Ampudia (2); pero no en el Carnaval, sino en las mascaradas de las fiestas del comienzo del año.

-El toro: Si el guirrio emparenta el Carnaval de esta comarca de transición entre lo cantábrico y los meseteño que es Rueda con ritos festivos asturianos, el toro lo liga con el Carnaval de las tierras de la Meseta que, hacia el sur, llegan hasta el Sistema Central.

Es el toro un disfraz que presenta en los distintos pueblos (Carbajal, Garfín, Gradefes, Nava de los Caballeros, Sahechores, San Bartolomé de Rueda, Villacidayo...) semejanzas tanto en los materiales empleados para realizarlo como en las acciones que realiza:

* Se prepara el material con un armante de madera o unas escalerillas de mano. En un extremo se le ponen unos cuernos de vaca y en opuesto un rabo o una hilaga (planta de monte bajo, con pinchos). Se tapa por lo general con una manta, aunque también con unos sacos de la pulpa o con una tela negra. Suele llevar algún cencerro.

* Para mover y manejar el artefacto, se meten dentro de él, de incógnito, uno o varios mozos u hombres, e, incluso, una mujer (Nava de los Caballeros).

* Los escenarios de "actuación" del toro pueden ser distintos, según los pueblos: En unos casos, mozas y mozos lo torean en un corralón y él, debido a su rabo de hilagas, "pegaba unos rabiscazos -nos dicen- que picaba mucho" (Nava de los Caballeros); o en la plazuela del pueblo (San Bartolomé de Rueda). En otros, recorre las calles y corre detrás de aquel con quien se encuentra, para embestirlo y cornearlo, entre las risotadas y el regocijo general; los muchachos, cuando lo ven, echan a correr y escapan (Gradefes, Sahechores, Villacidayo). Y en otros, por fin, interviene en el baile, corriendo y embistiendo a mozas y mozos mientras se mueven al son de la música (Carbajal, Garfín); o se mete incluso en las casas (Garfín). El toro suele aparecer el día de antruido, generalmente por la tarde.

-La mula: Consiste en un disfraz y máscara que se realiza con una careta de mula y un rabo, y con una armadura tapada con una manta. Actúa en el baile dando coces a todo aquel que encuentra, y también por las calles. "Es mucho peor -nos dicen- que el toro" (Garfín).

En Gradefes, el disfraz de la mula se hace también con un armante, tapado con manta o con sacos de pulpa y, de rabo, una hilaga o urces o espinos, y va dando coces a todo aquel que encuentra en su camino.

-Los paparrajos: Reciben este nombre, en Gradefes, tanto las mujeres disfrazadas de hombre durante el Carnaval, como los hombres disfrazados de mujeres.

En otros pueblos se produce asimismo esta inversión en el uso carnavalesco de la vestimenta, aunque a los disfrazados con la ropa del sexo contrario no se les dan nombres específicos (Carbajal, San Bartolomé de Rueda).

-Las paramesas: En Villacidayo, reciben el nombre de paramesas (aludiendo a las mujeres del Páramo o comarca del Payuelo leonés) las mujeres que se disfrazan con "chaquetorras" viejas, "zapatones" y pañuelos atados por la cabeza como las "paramesas", con las puntas primero por la nuca y luego anudadas sobre la cabeza.

En Gradefes, también se llaman paramesas a las mujeres que, durante el Carnaval, van vestidas como las mujeres del Páramo ("porque por el Páramo vestían así -nos dicen); llevan mantones de Manila y un pañuelo de flores por el hombro y otro por la cabeza, además de un rodao o un sayal (negros y grandes) y, delante, un mandil bordado.

En otros pueblos, durante el Carnaval, se visten asimismo con el traje tradicional las mujeres, aunque no se utilice el nombre de paramesas para designar la vestimenta que llevan; se ponen rodaos, pañuelos del ramo, de Manila... (Carbajal de Rueda, Sahechores, San Bartolomé de Rueda) o, además del rodao, el rebociño, el corpiño... (Valdealcón).

-Las pendonetas: Son las pendonetas figuras "gigantes" femeninas, vestidas con ropas de manteos, que desfilan por el baile; suele haber unas tres o cuatro (Carbajal).

-Los cucarrajos: Se hace el cucarrajo con una remolacha a la que se vacía y a la que en su cáscara le hacen unos huecos que representan los ojos y la boca. Salen con ella por la noche, con una luz dentro del hueco, para asustar al vecindario; recorren todo el pueblo con ella, tocando una esquila y metiendo miedo a la gente (Carbajal).

-Otros disfraces sin nombre: En Villacidayo, sale a veces una mujer disfrazada con una capa negra (un carre), un sombrero, una cacha, y al cuello lleva la piel de un raposo embutida de hierba. Recorre el pueblo y anda por el baile.

Existen disfraces en los que aparecen los cencerros: Así, los mozos y los hombres de San Bartolomé de Rueda se ponen cencerros en la parte posterior de la cintura, atados al cinto del pantalón, y recorren las calles haciéndolos sonar.

En Garfín, además de en la parte posterior de la cintura, los llevan en las manos, y los van haciendo sonar al recorrer el pueblo.

RITOS, CELEBRACIONES

En algunos lugares, como Valdealcón, el carnaval es un momento festivo en el que se pide el aguinaldo; los muchachos, pero también los que ya están en la mocedad, lo van pidiendo por todas las casas del pueblo, a la vez que cantan:

Por estas puertas entramos
dispuestos para cantar,
si usted nos da el aguinaldo
ahora vamos a empezar.

No queremos la morcilla
ni tampoco el farinato,
que queremos longanizas
tan largas como el mi brazo.

Y otras letras. Con lo recogido, hacen meriendas en grupo.

También hemos visto ya cómo en Villacidayo los guirrios van pidiendo con cestas por todas las casas; no es más que un aguinaldo carnavalesco, como el de Valdealcón.

Prácticamente en todos los pueblos, el baile constituye un momento de gran importancia en la celebración del Carnaval. Se trata de un baile al son de la pandereta y del tambor, instrumentos que tocan una moza y un mozo respectivamente, y, cuando se cansan, son reemplazados por otros dos que salen del grupo del baile. La mula y el toro, como hemos visto, están presentes en él, dando coces y embistiendo; así como otras máscaras y disfraces de todo tipo. Los cantares al son de los que se baila son las tonadas de pandereta, algunas de las cuales se refieren al propio Carnaval y nos hablan de disfraces de gitana, como ésta de Carbajal:

Domingo de Carnaval
de gitana me vestí
y en un gran salón de baile
a mi novio perseguí.

Gitana mía, gitana,
gitana mía, por Dios,
echa la buenaventura,
la suerte que tengo yo.

No te cases con la rubia,
que serás un desgraciao;
cásate con la morena,
que serás afortunao.

Yo me caso con la rubia
aunque sea un desgraciao
y me dejo la morena
aunque sea afortunao.

El día antruido (Martes de Carnaval), los muchachos suben, en Garfín, a un alto cercano conocido como Cantarranas; llevan cencerros atados en la parte posterior de la cintura y en las manos, así como gomas de zapatillas pinchadas en un palo, que queman en el alto y hacen arder como teas, a la vez que se ponen a sonar los cencerros.

BROMAS, ACTOS GROTESCOS

La primera acción que se puede destacar en varios de los pueblos es la embestida del toro y las coces de la mula, tanto en el baile como por las calles y plazuelas; también pinchan a todo aquel que encuentran, con los rabos de hilagas, urces o espinos que llevan.

En Villacidayo, por antruido, las mozas y mozos ponen fumaques en las casas que encuentran abiertas. y reciben el nombre de antruidas las bromas carnavalescas; nos cuentan una de ellas: los muchachos querían sacar para vino y, con el fin de obtener dinero, cortaron las puntas de los rabos de las vacas (las serdas), que compraban los cacharreros; fueron a la vacada y dejaron a todos los animales sin serdas; los vecinos se dieron cuenta porque algunas de las vacas sangraban por el rabo.

En Carbajal, la mocedad entra en las casas abiertas y mullen las camas: les hacen la "petaca", les echan sal o les sacan las sábanas y las mantas a la puerta; y también sacan el puchero a la calle o a la plazuela, si se descuida la mujer de la casa, y hacen juerga; de ahí que las mujeres procuren tener las puertas bien cerradas.

GASTRONOMIA

En Gradefes, se hacen unos dulces típicos del Carnaval, conocidos como los orejones, elaborados con huevo, harina, aceite y vino blanco.

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NOTAS
(1) Constantino CABAL, La Mitología Asturiana. (Los Dioses de la Muerte. Los Dioses de la Vida. El sacerdocio del Diablo), GH Editores, Gijón (Asturias), 1987, págs. 189-191. La primera edición de esta obra se publicó entre 1925 y 1928.

(2) Aurelio de LLANO ROZA DE AMPUDIA, Del Folklore Asturiano. Mitos, Supersticiones, Costumbres, Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo, 1983, págs. 215-216. La primera edición se publicó en 1922.



EL CARNAVAL EN LA COMARCA LEONESA DE RUEDA

PUERTO, José Luis

Publicado en el año 1992 en la Revista de Folklore número 142.

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