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INTRODUCCION
Existe una distinción entre religión y religiosidad. El Diccionario de la Real Academia define la religión como: "Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración o temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto".
La religiosidad es "Práctica y esmero en cumplir las obligaciones".
Popular es "Lo perteneciente o relativo al pueblo".
Son dos, por lo tanto, las dimensiones que se suelen diferenciar en la religión popular: un corpus de creencias y un conjunto de prácticas. Entre estas prácticas destaca sobre todo la oración, por ello y para evitar que desaparezcan hemos recogido en agosto de 1991 una serie de oraciones, poco conocidas, en Barcial de la Loma (Valladolid), la informante es Jacinta Herreras de 89 años.
ORACIONES QUE SE REZAN POR LA MAÑANA
A la Virgen
Buenos días tengas, Madre, Madre del eterno Padre,
que tenéis a Dios por hijo, esposa del Espíritu Santo, que cubría a Dios con vuestro manto. Vuestro amparo, vuestra divina bondad, me amparéis, Señor, amén.
Al Angel de la Guarda
Angel Custodio, bajo vuestra custodia me puso el Señor, a mí que soy vuestro encomendado guárdame, regidme y gobernarme como cosa y posesión vuestra, amén.
ORACIONES QUE SE REZAN POR LA NOCHE
Al Cristo de la buena muerte
Cristo de la buena muerte, el de la faz amorosa, tronchado como una rosa sobre el blanco madero yerto, en el madero reposas.
Señor, aunque no merezco que escuches mis quejidos, por la muerte que has sufrido escucha lo que te ofrezco y escucha lo que te pido.
A ofrecerte, Señor, vengo mi ser, mi vida y mi amor, mi alegría y mi dolor, cuanto tengo y cuanto soy, cuanto me han dado, Señor. Y en prueba de mi alma llena también vengo a pedirte me des una vida serena, una muerte santa y buena, Cristo de la buena muerte.
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La Sibila y David dicen que en aquel día de ira la gran máquina del mundo se convertirá en cenizas, cuando Cristo con divisa de juez vendrá a tomar cuenta rigurosa de la vida. Convocará una trompeta terrible que será oída en todo el mundo.
¿Qué haré yo, cuitado, entonces? ¿Quién habrá que por mí pida? Cuando en el juicio tremendo apenas el justo respira.
Rey de Majestad Tremenda, Vos que dais la eterna vida, graciosamente salvadme, Fuente de Piedad Divina, antes que de vuestro juicio llegue aquel tremendo día. Gimo y lloro como un reo y me avergüenzo a la vista de mis pecados. Dios mío, perdón al que te suplica.
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Padre Celestial, Padre amorosísimo que para salvar las almas quisisteis que vuestro unigénito hijo tomando carne humana en las entrañas de la Virgen María se sujetase a la vida más pobre y mortificada y derramase su sangre en la cruz por nuestro amor. Cómo dejaríais tanto tiempo a esas almas en el purgatorio habiendo costado tanto a Jesucristo, compadeceos, pues, de la mía y libradla de la esclavitud del vicio y si vuestra justicia pide satisfacción yo os ofrezco mis buenas obras que haga.
Al Angel de la Guarda
Angel mío de mi guarda, que me guardas y me defiendes, a mi Señor Jesucristo, cuando en la gloria le vieres, un alma triste, afligida, di que de ella se acuerde, no le digas que es la mía que le ha ofendido mil veces.
ORACION QUE SE REZA AL ENTRAR EN EL CEMENTERIO
Privadas de merecer las que en el purgatorio imploran, a las que en la tierra moran alivien su padecer.
Paz y eterna claridad brillen en su corazón y de su oscura mansión nuestras ánimas librad.
No hay quien las abra la senda de la gloria, porque en un día sepultó su losa fría sus huesos y sus memorias.
De sus manos levantadas, en actitud suplicante, ves su angustioso semblante y dolorosas miradas.
Los penetrantes clamores oid, oid, ¡Oh, cristianos! de esposos, padres y hermanos, amigos y bienhechores.
Y vos, Señor, enviad la voz de consolación y de su oscura mansión a las ánimas librad.
ORACION QUE SE REZA AL SALIR DEL CEMENTERIO
Padre Celestial, Padre Amorosísimo, que para salvar las almas quisisteis que vuestro hijo tomando carne humana en las entrañas de una Virgen María se sujetase a la vida más pobre y mortificada y derramase su sangre en la cruz por nuestro amor. Cómo dejaríais sufrir tanto tiempo estas almas en el purgatorio habiendo costado tanto a Jesucristo y siendo sus amadísimas hermanas.
Compadeceos de estas pobrecitas almas y libradlas de las llamas del infierno.
Compadeceos también de la mía y libradla de la esclavitud del vicio y si vuestra justicia pide satisfacción por las faltas cometidas yo os ofrezco todas las buenas obras que haga en mis cortas oraciones, de poquito o de ningún valor son, pero yo las uno a los méritos infinitos de vuestro padre celestial. Líbranos Señor, de la muerte eterna.
Mediante estas oraciones se pretende alcanzar la protección de la Virgen y del Angel de la guarda y la salvación del alma.
Desde el punto de vista formal se caracterizan por su sencillez, claridad y riqueza expresiva.
BIBLIOGRAFIA
ALVAREZ GASTON, R.: La religión del pueblo. Defensa de sus valores. Ed. Católica, 1976.
MALDONADO, L.: Religiosidad popular. Nostalgia de lo mágico. Ed. Cristiandad, Madrid, 1975. Introducción a la religiosidad popular, Sal Terrae, Santander, 1985.
PINEDO, F.: Religiosidad popular, su problemática y su anécdota. Bilbao,1977.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la Lengua Española, 2 vols. 20 ed. Madrid, 1984.
VARIOS: La religiosidad popular, 3 vols., Anthropos, Barcelona, 1989.