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La señal de la cruz es la señal del cristiano. Una cruz señalando un lugar, al borde de un camino, o en medio de una tierra, o en una senda, o en un cruce de caminos, recuerda generalmente una muerte. La muerte violenta o accidentada de un ser querido que su familia quiere perpetuar en el mismo lugar donde encontró la muerte inesperadamente..
¡Cuántas cruces por Valladolid! ¡Cuánto dolor no olvidado! ¡Cuánto rezo musitado al paso, camino de la era, de la viña, del barbecho, del pinar o el secarral! Algunas cruces, situadas a varios kilómetros del pueblo, reciben todos los días el obsequio de flores frescas, recién cortadas del campo. ¿Quién deposita ese ramillete de, flores silvestres? No es una concesión al fácil sentimentalismo decir que una mujer con una niña, porque también hemos visto nosotros depositar flores al pie de una cruz a un hombre, labrador curtido, que reza y llora, internamente adolorido. No hay fáciles sentimentalismos cuando hay un dolor hondo.
Todas las cruces tienen su sentido, su historia de amor y muerte; porque todos esos lugares han sido manchados de sangre.
¿Quién investigará las historias de estas cruces vallisoletanas? ¿Quién las contará? Nosotros hemos sentido un inquietante interés por conocer la historia de algunas de ellas.
En la provincia de, Valladolid el pueblo más crucificado es Campaspero. A lo mejor -a lo peor- porque es el pueblo más rico en piedra y, por tanto, el que puede, colocar, con menos esfuerzo, en cualquier lugar, una cruz de piedra. Pero ¡qué poca piedra hace falta para hacer una cruz! Campaspero tiene unas treinta cruces desperdigadas por su término, contando las catorce del Calvario o Vía Crucis, que, por cierto, ya no sirven de nada, porque el Vía Crucis ya no se reza desde que fallecieron las pocas ancianas que solían hacerlo por la Cuaresma. Por eso, y porque también es cierto que las catorce cruces han sido absorbidas por el pueblo, que ha ido creciendo rápidamente y se ha ido ciñendo a ellas: si antes quedaban fuera del pueblo, ahora están dentro de él. Tan dentro. que muchas forman parte de sus paredes y muros, pues han quedado emparedadas y a la vista, como solía dejarse la mano diestra del pecador condenado en el medioevo a semejante e ignominiosa muerte. Las cruces del Calvario de Campaspero han muerto emparedadas como castigo de la civilización y el progreso.
Campaspero es un pueblo señalado por el destino. Situado en los Altos de la Mula, es el pueblo más alto de la provincia de Valladolid. Por eso quizás no ha llegado a él el agua de nuestros ríos. Sólo el agua del cielo y la que circula bajo las entrañas de .la tierra. Campaspero no ha tenido nunca manantiales a flor de tierra, ni fuentes de agua pronta, ni valles frondosos. ni en su término ha anidado la torcaz, ni la perdiz, ni siquiera el triste cárabo o autillo que gusta de la soledad. Campaspero es campo de piedra, un páramo que ha dado a sus moradores la riqueza que guarda en sus entrañas: la piedra. No obstante, Campaspero queda en el medio de tres ríos: El Duero, el Duratón y el Cega. Campaspero es una meseta llana, sin ondulaciones, de tierra áspera y poco generosa.Sus gentes han de perforar el banco de piedra de unos treinta metros de espesor en su subsuelo para poder conseguir agua para la tierra y para el hogar. De los primitivos pozos, el agua se sacaba a la superficie mediante un cuero de cabra atado a una soga. De ahí que se hiciera popular en la comarca el pareado que decía: "En Campaspero sacan el agua con un cuero". Hoy a las potentes bombas hidráulicas que sacan el agua para que crezca la remolacha nadie las hace un ripio. Así de insulso es el progreso.
Campaspero ha clamado siempre por el agua y sus consecuencias. En sus tierras, ya queda dicho, nunca ha habido árboles, pero sus pagos tienen nombres de árboles, quizá por añoranza de ellos: El Cerezo, el Almendro, el Pino, el Castaño, el Espino, el Olmo, la Romera. Es curioso observar que todos los pagos fueron bautizados en singular, lo que, nos hace sospechar que allá donde un árbol conseguía crecer como algo extraordinario, daban al pago el nombre de la especie.
En Campaspero, donde no plantan árboles porque se mueren, plantan cruces para recordar una muerte. A las del dolor universal, que son las del Vía Crucis, se han ido, año tras año, sumando las del dolor particular, que están desperdigadas por los campos y los caminos. Unas fueron puestas para el rezo y otras para el dolor y para la devoción: todas por la fe.
Esas cerca de treinta cruces de Campaspero están todas ellas labradas en piedra de sus famosas canteras y son, por tanto, hermanas menores de los monumentos y las iglesias de Valladolid, pues se gestaron en la misma tierra.
Casi todas estas cruces tienen una breve inscripción en una cartela o en su pedestal con nombres de gente modesta y fechas que abarcan desde 1599 hasta 1940: los cuatro siglos que, más o menos, tiene el pueblo de existencia.
La cruz correspondiente a la Primera Estación del Vía Crucis es, de todas las existentes en el pueblo, la de mayor valor artístico, la más antigua y la mejor conservada. Mide, incluido el pedestal, cuatro metros y medio de altura. Es de forma cilíndrica y tiene tallada sobre la cruz una imagen de Cristo, de apreciable valor artístico. En el pedestal aún puede leerse la siguiente inscripción:
PVSOLA A LO
ARNAZ A SV COS
TA ANO DE 1499
Esta cruz ha sido trasladada, desde las inmediaciones de la antigua iglesia parroquial, hoy en ruinas, hasta su actual emplazamiento de la Plaza Mayor, donde puede ser contemplada como una de las pocas obras de arte en piedra que tiene Campaspero.
Las otras cruces, hermanas de ésta que completan el Vía Crucis, son todas ellas de fecha muy posterior. Si miramos detenidamente observaremos que la mayoría fueron labradas por lo menos cien años más tarde por devoción de diferentes personas, por una promesa, por un favor divino. ..Por ejemplo estas dos que transcribimos:
EST A CRUZ PVSO
DON ALONSO G
ARZIA MIRABV
ENOS CVRA DE
CAMPASPERO A
ÑO 1726
PVSO ESTA CVZ
FRVTO GARCIA Y SV
MUGER YSA
BEL GARCIA
AN DE 1774
En la Plaza, delante de la iglesia, el visitante se encuentra con otra cruz con pedestal de cuatro escalones. Esta cruz es una buena labor de cantero., pues es de una sola pieza y mide dos metros y medio. En su pedestal luce la inscripción siguiente:
ADEBOCION DE LA
ESO SANTOS
Y DE MATIAS DEC
ARDABA ISV MU
GER TOMASA MA
RTIN ANO DE 1776
Caminando fuera del pueblo, por Los antiguos caminos de Peñafiel y Bahabón, a poco más de un par de kilómetros, el viajero curioso se encuentra con otras dos cruces. A ambas se acudía en procesión hasta hace diez años el Lunes de Pascua de Pentecostés, y allí se hacía la bendición de los campos.
Curiosamente se acudía a cada una de estas cruces situadas fuera del pueblo en años alternos, según que el terreno en barbecho o en siembra estuviera del lado de una o de la otra.
En estas dos cruces pueden leerse aún con claridad las siguientes palabras y fecha:
ADEBOCION
DE PATRICIO E
NANDO Y
ANA GARCI
A AÑO DE
1786
ESTA CRVZ PVS
O A SV COSTA
GREGORIO HE
RNANDO Y SV
MUGER MARI
A CRVZ GARCIA
ANO 1622
Estas dos cruces quedan al suroeste y noroeste de Campaspero. Pero ya queda dicho que en el término hay muchas más. Al Norte y al Sur. En todos los puntos de la Rosa de los Vientos, Campaspero ha plantado una cruz.
En el camino de Fuentes de Cuéllar, al sur, queda la cruz a la que va cada año la procesión de "El Encuentro" el día de Pascua de Resurrección. Hasta hace algunos años quedaba fuera del pueblo, pero hoy día ya queda dentro de él, engullida por el progreso urbanístico.
Al otro lado, al Norte, existe otra cruz sin inscripción alguna, como la anterior, que también es una cruz procesional por -lo menos una vez al año.. Está en el viejo camino de Langayo y a ella acude el pueblo en rogativa el día de San Marcos.
Sigamos caminando nuestro calvario de cruces por el campo y los caminos de Campaspero. Nuestro guía es Oroncio García, sastre de oficio, deportista contra viento y marea, sople el matacabras o achicharre el sol, cazador furtivo ocasional que pegó un tiro con una escopeta prestada y mató un jabalí; experto en cruces. ..
Oroncio García, también conocido por Javier Campo -pues esos son sus nombres y apellidos de los que cada uno toma a voluntad lo que más le apetece- es nuestro asesor y nuestro compañero en esta fría tarde, de otoño con visos de invierno. Por las calles y los caminos de Campaspero pasan, cada poco tiempo, tractores y galeras cargados de terrosa y aromática remolacha. No en balde Campaspero es una de las zonas de nuestra provincia más rica en remolacha azucarera.
Salgamos al camino de Moraleja y veamos, a la puerta del cementerio, una cruz distinta a todas. Es pequeña, en forma de prisma cuadrangular y tiene un crucifijo esculpido en ella.
-Esta cruz -nos dice Oroncio-, la puso mi abuelo materno Oroncio Campo en 1903 y creo que es una buena cruz.
-Una cruz excelente, Oroncio. Puede, estar orgulloso de su abuelo.
A Oroncio, que es un hombre sumido siempre en profundas cavilaciones, se le ilumina el rostro con una alegría como recién estrenada, cuando sonríe complacido. Oroncio García cuando sonríe parece más Javier Campo.
Hay otras cruces más que fueron puestas para recordar muertes causadas por accidente.
Se encuentran en el camino de Fuentes de Cuéllar, en la carretera de Olombrada, en el camino de Canalejas (donde hay dos), en el camino de la Olmedilla, dos también en el de Minguela, una en la carretera a Cuéllar, y otra en el camino viejo, ya poco utilizado, a aquella localidad segoviana. Dos más han quedado por esta parte dentro del pueblo.
De todas estas la de fecha más reciente es la del camino de la Olmedilla, que data de 1940. Y la más antigua, una de las del camino de Minguela, que es de 1759. Casi todas llevan una inscripción sencilla y escueta, aunque dentro de su sencillez late una historia triste, una historia que algún día conoceremos. Dos de ellas dicen:
AOI MVRIO MA
NVEL DE HER
NANDOR VE
GEN A DIOS PO
REL ANO 1749
A LA
MEMORIA DE VICENTE
DIEZ EL 23 DE JULIO 1940
A LOS 59 ANOS DE EDAD
R.I. P.
Y la historia de una de esas cruces, precisamente la de una cruz lisa y sin inscripción, una pobre cruz, la cuenta Oroncio García tal y como él la conoció de labios de su madre y tal cual ella la escuchó contar a las gentes del pueblo. Es "la cruz de la tía Anastasia", la cruz por la tía Anastasia, que murió un día de invierno viniendo de Cuéllar con una buena noticia para los suyos, que se truncó en mala.
-La cruz de la tía Anastasia está ahora en medio del campo, pero antes estaba en el antiguo camino de Cuéllar que acaba de desaparecer por la concentración parcelaria. Pero no la han tocado y la han dejado donde estaba seguramente por respeto o por miedo. yo le oía contar a mi madre que antes de existir la actual división de provincias, Campaspero era pueblo de la tierra y juzgado de Cuéllar, o sea, de Segovia, y no de Valladolid como ahora. El Juzgado estaba en Cuéllar. Entonces tuvieron un pleito dos familias de aquí, y como el juez municipal no lograba ponerlos a bien, se fueron a Cuéllar a solventar el asunto. y la representación de la familia que ganó, que era la tía Anastasia, se vino nada más terminar el pleito a comunicar al resto de la familia que habían ganado. La tía Anastasia se montó en su burra, dispuesta a recorrer las tres leguas que hay de Cuéllar aquí. Y era en invierno. Un invierno de nieve muy crudo. Y se le hizo de noche, y antes de llegar al pueblo, a unos dos kilómetros o así, pues se murió de frío. Se conoce que se cayó de la burra y allí mismo se fue muriendo. Y desde entonces está allí esa cruz.
Nos gustaría tener la habilidad de los viejos romancistas populares para poder trazar, en largos versos, la dramática muerte de la tía Anastasia. y hacer notar la desesperación de esta anciana (desesperación viene de desesperanza), que moría a la vista de su pueblo, donde estaban los suyos esperando la buena nueva.
(Hacemos notar que esta historia de. la tía Anastasia debió ocurrir mucho antes del 23 de noviembre de 1833, fecha a la que. corresponde la actual y arbitraria división administrativa de las provincias españolas).
-Hay más historias, claro -nos dice. Oroncio-, porque hay muchas cruces que tendrían muchas cosas que decir. Hay otra cruz, por ejemplo, que está más adelante de ésta, ya en la carretera de Cuéllar, en el término de Lovingos, que se puso por la muerte de un señor que llevaba un carro de piedra a Valladolid. "El señor Cabedo" le decían, O algo así, de su nombre no me acuerdo ahora, pero desde luego aquí se la conoce como "la cruz del señor Cabedo", el carrero. Otra cruz está cerca de Canalejas, que queda ahí, al pie. ..Esto fueron dos pastores que robaron al su amo una cierta cantidad de dinero y fueron a repartir allí. y ¡la que pasa siempre en estos casos!, que empezaron a reñir por el reparto y uno de ellos cogió y mató al otro. Por la codicia, ya ve usted. Y hay más todavía. Había otra cruz en el camino de Minguela, que es una lástima que ahora la hayan quitado, vete a saber porqué, porque, era la más bonita de todas, la mejor labrada. Ya le digo, era una cruz muy buena con una inscripción de mil seiscientos y pico, que era la que mandaron poner un tal Arranz, Arnaz o algo así, y su esposa, una tal María. Ya no me acuerdo bien, porque la última vez que pasé por allí, hará bastante, ya no estaba. Y ahora que me acuerdo, había otra más en un término que llamábamos "de las crucillas", y que ha desaparecido con esto de la concentración.
En la Concentración Parcelaria muchas tierras han ganado y muchos caminos han perdido. Y habrá caminos que con el paso de los años quedarán borrados por las ordenanzas y con ellos su historia. Y con el tiempo, a lo mejor, también la de los que por ellos pasaron camino del trabajo, camino de la vida.
Esos caminos que se irán cerrando como los caminos que conducen a Minguela, la misteriosa, la población perdida en esta leyenda que nos cuenta el bueno de Oroncio: -Minguela es un valle entre Bahabón y Campaspero, donde nace el río Valcorba. Allí hay muchas paredes de casas destruidas. Yo sé que esto fue un pueblo antiguo que desapareció para siempre porque todos sus habitantes murieron envenenados. Se cuenta por Campaspero que un día allí pues se casó la hija del alcalde, o del que fuera. El caso es que era un hombre muy rico y poderoso que invitó a todo el pueblo, a toda la gente. Y entonces mientras la misa -que existe una iglesia mitad iglesia mitad fuerte- una víbora, que abundan mucho por esa parte, se metió en la olla de la comida del convite y se murieron todos porque echó todo el veneno. Y desde entonces desapareció el pueblo porque murieron todos sus habitantes.
El director del Archivo de Simancas, nuestro estimado amigo Amando Represa, nos facilita la siguiente papeleta referente a la historia de esta población: "El dato más antiguo de que tengo noticia de su existencia, es de. 4 de julio de 1396, en que se alude a Minguella (sic) como aldea de la villa de Cuéllar. Sigue otra cita de 5 de enero de 1402, relativa a una delimitación de términos, mojones y tierras comunales entre los concejos de Cuéllar y su Tierra, y Peñafiel y la suya, que comienza así: "Estando en el lugar do es el majano, do se acostumbra fazer la yunta entre los Conceios de Cuéllar e Peñafiel, que es la carrera como ome va de Minguella a Oreja, en termino de la dicha Villa de Cuellar... O sea que cerca de Minguella, se. celebraba en el XIV y XV, la "yunta" o concejo inter-comunero entre las tierras de dos grandes Concejos como eran Cuéllar y Peñafiel, aunque Minguella era cuellarano. A fines del XV, este carácter se acusa aún más en lo administrativo porque Minguella aparece. encuadrado en el Sexmo de Valcorba, comprensivo además de Aldealbar o Aldea del Val, Bahabón, Campaspero, Cogeces, Pociegue, Santibáñez y Torrescárcela. A fines del XVI (años 1587 y 1594) Minguella tenía una población de 80 vecinos, y era la cuarta en el Sexmo, sólo superada por Cogeces (287), Bahabón (135) y Aldea del Val (90). Pero ya no aparece Minguella como aldea en 1751. Se ha despoblado, pues, a lo largo del siglo XVII o primeros años del XVIII. y al despoblarse ha sido absorbida por el concejo de Bahabón, según aparece en textos de 1789, ya con el carácter de despoblado anejo a la jurisdicción de Bahabón, de quien es propio. Bien es verdad que el sexmo en conjunto ha perdido población, como lo demuestra el que el propio Bahabón, en esa centuria, se ha quedado sólo en 43 vecinos -de los 135 que tenía en el XVI-, censo que aún baja más en el XIX -32 vecinos en 1848-, y que no sabemos si continuará aún a este ritmo". La leyenda por tanto tuvo que inventarse en ese tiempo.
El caminante que esto escribe, confiesa que varias veces ha querido interrumpir el orden de estas notas para llegar al final sin grandes sobresaltos. Ha meditado, siquiera al paso, unos minutos sobre la vida y la muerte de las personas que originaron una cruz: tanto del muerto, como del vivo que mató.
Ahora que siente una sensación de alivio al poner el punto final, quiere celebrarlo fumándose un cigarrillo lenta y pausadamente, lanzando bocanadas de humo denso que forman caprichosas nubecillas alrededor de la lámpara cercana.