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Revista de Folklore número

134



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EL ARROBAU

GARRIDO PALACIOS, Manuel

Publicado en el año 1992 en la Revista de Folklore número 134 - sumario >



a
Xanas, Lavanderas, Diaños, Xuan d'os Caminos, Diabrecos, Busgosos, Nubeiros, Farraucos, Agoiros, Santa Compaña. A la bruxa que estaba en contacto con los espíritus y al curandero que nunca faltó clientela.

"María tienes de nombre
de apellido no lo sé
mañana voy pa tu casa
y te lo preguntaré"

Estaba en la hierba, trabajando, Cabañaquinta arriba.

"No quiero que el Sol se nuble
ni que la Luna se ponga
quiero que alumbre a mi amante
cuando venga a la mi ronda".

-¿Cuántos vecinos hay en la braña?

-Nunca los conté. Habrá doce u once. Se vive para el ganado.

-He visto bastante por el camino que traigo.

-Ahora hay menos.

-Dicen que el águila roba gallinas.

-El águila baja y ya está. Viene sola y se va con pieza. Se le grita y huye.

-¿Cualquier grito?

-¡Márchate ladrona!

Deja la hierba y se echa el pañuelo hacia atrás, sofocada.

" Aguila maldita
que en el cielo fuiste escrita
posa esa prenda que llevas
que no es tuya ni es mía
y es del dueño que la cría".

-Y abre las garras y la tira.

-¿Ha ocurrido alguna vez?
-Sí, sí, yo lo he visto. La madre de un chaval que vive allí le echó la oración y la soltó.

Amenaza tormenta. Se pone a recoger;

-El arcoiris tiene dos puntas. Cuando las clava en tierra deja de llover. ¿Se le dice algo?.

-No le decimos nada. Se marcha cuando quiere.

-Pero si una punta está metida en el río es que bebe.

"Arco de la vieja
nun traigas más agua".

-En este camino tan largo que hice me pudo morder una culebra.

Me mira a los pies. Sonríe.

"La cervatina de Dios
y la serpiente maldita
hicieron una apuesta
y la primera que se vestía
la primera que se calzaba
la primera que subía a aquel alto?
y la su cornetina tocaba.
La cervatina de Dios
como era bendita
fue la primera que se vistió
la primera que se calzó
la primera que al alto subió
y la primera que su cornetina tocó
La serpiente maldita se metió
por debajo del tronco carbonco
fue salida la raiz
debajo del fresno feliz
y seca la boca como seca la estopa
seca la babaya como seca la baya
seca el corazón como seca el carbón

-¿Y se curó alguien diciendo éso? .

-A un vecino mío lo curó mi madre. Se le metió una culebra por debajo del pantalón y él tiró de ella y le mordió por la pantorrilla. Y otra me mordió a mí en un dedo una vez, -me dice, dándome la mano:

"Pretendiste engañarme
yendo por el monte sola,
tú sabes que la mi madre
no me dio leche de loba".

-Para curar el orzuelo sé que se hace un fuego con unos carbones de leña, pajas y hojas de laurel, ¿Qué se dice?,

"Vete orzuelín
que te quema la casa el molín

-Nueve veces. Y el orzuelo se seca y se marcha. Pero tiene que ponerse el ojo en el camino del humo que sale de la paja.

Nos sale al encuentro la madre.

-Es dura la braña, ¿eh, señora?

-Bastante. Hay que segar la hierba, hay que traer cargas, ordeñar...

-Dicen que por aquí la mujer trabaja más que el hombre.

Bastante

"Si quieres que yo te quiera
ha de ser a condición
que lo tuyo ha de ser mío
y lo mío tuyo no",

-Cuando yo me casé -sigue- ¡bah, hace ya algunos años!, lleváronme la cama y el ajuar en carros y la suegra me dio a la puerta de casa la sartén y al mi hombre la llave. Era costumbre ¿no sabe?

Con la llave y la sartén, la payetsa, se acompañan canciones.

"Salid mozos a bailar
no estéis por los rincones
que aquí lo bailan las chicas
las chicas a falta de hombres.
Salid mozos a bailar
que las chicas están solas
no tengáis por las paredes
que ellas se tienen solas".

La señora entra en la casa. La hija se ríe.

-En vez de morderme la culebra hice un fuego para asar Chorizo y me quemé. ¿Cómo me lo curarías?

"La quema quema tres hijas tenía
una quemaba y la otra ardía
y otra iba a la fuente y no volvía.
Está la quema quema
el agua no tiene sed
el pan no tiene hambre
la quemadura ni quema ni calea.”

-Nueve veces.

Una braña es un pueblo. Aquél que está siempre más lejos en el horizonte. Van a Luarca, a Navelgas, a Naraval -yo vengo por Escardén, Monterizo, Folgueras, Businán, Candanedo- a vender y a comprar.

-¿Qué vende el vaqueiro?

-Gallinas, huevos, mantequilla, leche, terneros..

-¿y qué compra?

-Azúcar, café, aceite, jabón. Esas cosas. Se va y se viene en mula.

Cuando en los picos se engancha la niebla, el valle se convierte en el vacío.

-A veces nos perdemos en el monte y no sabemos volver y dormimos donde nos coje.

-¿Se le dice a la niebla algo?

"Vete nieblina valle vallina
que no vas reguera arriba
que ahí va Juan Barbudo
con su perrita aguda
jurando y botando
que la va a matar en enero
y comerla en febrero
con cucharinas de acero."

-¿Y quién es Juan Barbudo?

-Un cuento.

El llar. Fuego. Tocino. Castañas asadas.

-¿Tu madre cura a las vacas?

-Sólo si está coja. Si es de otra enfermedad no.

-Eso es lo de la rana -media la señora-, una paparalla negra, así, pequeña y la vaca se la come y se hincha ¿no sabe?. Hay que apretarle la nariz con una espeta de luz para que sangre, y se le cuela por la boca hacia abajo un puñado de sal.

"La vaca fulana
comió la rana
dale con rode
dale con sal
y agua de la fonde pernal
y echala al campo a pacer
que de este mal no ha de morrer."

-Alguien me habló de que se le pasaba una prenda por la cabeza.

-Eso es cuando hay una bruja que la embruja, por envidia, por lo que sea, el amo de la vaca tiene que pasarla los pantalones desde los cuernos al rabo veinticinco veces y darle veinticinco palos a los pantalones y quemarlos si quiere curarla.

Me da pan y un cuchillo para que lo parta.

-Usted lo quiere saber todo -me dice, riendo-. ¿A que no dabe qué es el Arrobau?

-¡...!

-Un baile que se hace en las brañas con un hombre de más. Cuando se para la música todos corren a emparejar y se ve quién fue el que se quedó sin mujer. Hay que andarse muy listo.

"Para qué me preguntas a dónde vivo
si la noche pasada dormí contigo.
Para qué me preguntas si estoy casada
si sabes que yo tengo suegra y cuñada".

Escucho la canción saboreando el último trozo de tocino con pan.

-¿Tú sabes bailar eso?

-Ella sonríe y me da una manzana verde para que la muerda.

-Es de aquí -dice-, y las castañas. La madre interviene:

-Pero aún no acabé de cantar el Arrobau:

"Ya sé que no me quieres
pero bien sabes
las vueltas y revueltas
que da una llave."

Sigo mi camino. Mañana estaré en Boal.



EL ARROBAU

GARRIDO PALACIOS, Manuel

Publicado en el año 1992 en la Revista de Folklore número 134.

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