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TEODORO ARAGON: PREGONERO y ENTERRADOR

VAL SANCHEZ, José Delfín

Publicado en el año 1980 en la Revista de Folklore número 0 - sumario >



El oficio de pregonero es uno de tantos oficios públicos, rurales, que va de forma lenta pero segura desapareciendo. Me encontré con Teodoro Aragón un día de otoño, hace dos años en Valoria la Buena. Entonces vivía el matrimonio en una pequeña casa que se había quedado grande porque "los chicos ya no están con nosotros, se han hecho mayores y se han ido a otro pueblo", a otro hogar. Casi cerca, pero lejos. Ahora Teodoro está aún más solo que aquel día, porque cumpliendo con uno de sus muchos oficios. hubo de dar tierra hace poco a su esposa.

Dejo el artículo como lo escribí entonces, porque "sacar de él" a una persona que ya está muerta, me duele profundamente. Dejarla en esta breve historia, es darla un nuevo latir, siquiera literario.

Es alto y enjuto, como un quijote, el pregonero de Valoria la Buena. Tiene la voz ronca e incansable. Se llama Teodoro Aragón y ya está retirado.

-Ya ve usted, cobrando "la vejez".

Teodoro Aragón es un hombre recio; su rostro; curtido por el sol, tiene caprichosos dibujos por las arrugas. Pero no es un viejo. El, al menos, no se siente acabado.

Cuando nos lo topamos por las calles de! pueblo, Teodoro viene de la capital. El coche de línea les ha dejado, a él y a su esposa, en la Plaza Mayor. El viejo pregonero, ya retirado del oficio y de los otros muchos que ejerció, se ha vestido como Dios manda para "bajar a la capital"; luce un traje de espiguilla con chaleco y leontina con monedas.

Hace cosa de un año y por las fiestas, el pregonero pidió permiso a la Autoridad para "echar un pregón especial". Aquel pregón que era el resumen de su vida, decía así:

"El empleado de este Ayuntamiento, de Valoria la Buena, Teodoro Aragón García, a todos sus convecinos, como igualmente forasteros, les dirige la palabra el amigo pregonero. Con el permiso de la Autoridad les va a dirigir unas palabras como despedida de fas funciones en Servicio Activo.

Como Vds. pueden comprender yo no soy ningún Letrado, ni tampoco ningún orador, pero sí para dirigirles la palabra en el día de la función.

'El día 1 de diciembre del año 32, empecé a prestar servicio de Sereno, hasta el 31 de marzo del 33, el día 9 de abril del mismo año, tomé el cargo de Peón Urbano con los siguientes cargos que se citan: Para limpieza de calles, fuentes y pilares, cobrador de Arbitrios, arreglo de caminos en verano, electricista, corredor de vino y pregonero, en el que tengo dados 28.210 particulares y 2.115 oficiales. El año 34 el 10 de abril me dieron el cargo del reloj que hay que darle cuerda casi todos los días. También me dieron 31 cargo de Pregonero Municipal en el 1 de octubre del año 36. Me dieron el cargo del cementerio que hasta la fecha llevo enterrados a 475 personas. El año 48 me tomé el cargo de vigilante de las eras, para llamar a los agosteros y al mismo tiempo vigilar por la seguridad de las mismas.

El día 1 de septiembre del año 49 me dan el cargo de Alguacil y encargado de la Prisión.

En el año 52 en abril me dan el cargo de cobrador de las viviendas que tiene el Municipio y algunas cosas más. 'En el año 56 me tomé el cargo de repartidor de Correos en el que actué dos años. En el mismo año, con fecha 1 de octubre me dan el cargo de abastecimiento de aguas y reparación de grifos, así como revisar los contadores de la misma y por último el día 15 de enero del año en curso me dan el cargo de Agente Judicial.

Hasta la fecha llevo con 10 alcaldes, todos ellos inmejorables, así que para que Vds. vean los cargos que hasta ahora he desempeñado y todos ellos atendidos, algunas veces con retraso y luego decían que el Pregonero se dormía, pero el Pregonero les atendía, si no era de noche era de día.

Así es que con esta función en Servicio Activo, me despido de todos en general. Actualmente me quedan 8 meses para mi jubilación.

Dios quiera que el que me sustituya se porte como yo.

BUENAS NOCHES a todos que me despido con todo cariño, el Pregonero más castizo de España. Teodoro Aragón García".

No hemos puesto ni quitado ni una sola coma del pregonero. Así lo escribió él y así pasa a estas páginas.

-Teodoro -fe pregunto- de todos esto cargos que dice ofició aquí en Valoria ¿cuántos ejerce ahora?.

El viejo pregonero se queda pensativo y tarda en contestar. Le cuesta hablar. Parece que no le ha gustado la pregunta. Algo se ha roto en el gesto siempre afable del pregonero. Pero al fin contesta, tras hacer un gesto con la cabeza como deseando indicar que "no hay más remedio".

-Enterrador.

-¿Nada más? -Nada más. Bueno, soy pregonero... a faltas.

-¿Se siente triste o se siente feliz con tan poco después de haber tenido tanto? -No me siento triste, -responde decidido.

No señor. Me siento con ánimo de volver a atender los servicios del pueblo si no hay quien los atienda. Yo me reengancho sólo porque esté el pueblo bien atendido

Teodoro Aragón nos dice que también tiene puesto en versos su retrato y su vida. y su recitado que suena distinto al pregón popular, resulta más artificioso y grandilocuente, pero de todas formas palpitante de vida e ilusión.

Queridos convecinos de Valoria
después de muchos años de servicio
a la patria, provincia y municipio,
quiero hacer un recuento de mi historia
y usar de esta ocasión y en este día
para decir mi adiós de despedida
y un aplauso pedir para mi gloria
si cumplí a vuestro juicio mi mandato
y si no lo cumplí, también acato
el olvido que hagáis a mi memoria.

Aquí en tiempos antiguos y lejanos
fue Módriga ciudad de los romanos
Aquí en el Medioevo caserío
de Santillana, ilustre señorío
Aquí que fue botín del hado moro
Aquí que fue ciudad en la Edad de Oro
Aquí tierra de condes y condesas
Aquí lar de marqueses y marquesas.

He sido yo alguacil y carcelero
he sido enterrador y fui sereno
he sido del humo, amigo bueno,
y también por amor fui pregonero
de esta tierra feliz pero olvidada
en las lejanas tierras de Granada.

Amigo de alegrías y cantares
celebré los festejos familiares
con la pompa de un rey, ya desusada
y llevaron mi nombre a otros lugares
y cantaron mis gestas los juglares
en la boda, el bautizo o la humorada

He sido servicial en toda suerte
y tengo con afán a gallardía
de seguir fiel a mi mismo hasta ese día
en que me lleve a otro lugar la muerte

A unos cuantos alcaldes he servido
y a todos agradezco su bondad
y al alcalde presente le he pedido
que habiéndome llegado ya esta edad
en que la vida de trabajo acaba
me dejase despediros esta Octava

Pues aquí estoy y triste me despido
alcalde, autoridades y vecinos,
al jubilarme no cansado y viejo
sino contento del deber cumplido,
sólo os quiero pedir cuando os dejo
que olvidéis benevolentes mi memoria
si no cumplí fielmente mi mandato,
y si cumplí, también fielmente acato
un aplauso feliz para mi gloria.

Teodoro Aragón recitaba este pregón el día triste de su jubilación en el año 1969, no olvidando la mención a Granada, a donde acudió en representación de los Pregoneros Castellanos y ganó un importante premio en un Certamen Nacional de Pregonero celebrado en la ciudad donde todo es posible.

He aquí la historia del pregonero de Valoria la Buena que de tantos oficios como tuvo, sólo le han dejado ejercer el misericorde oficio de enterrar a los muertos.



TEODORO ARAGON: PREGONERO y ENTERRADOR

VAL SANCHEZ, José Delfín

Publicado en el año 1980 en la Revista de Folklore número 0.

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