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3ª Parte
VII. CONCIERTOS CON ORGANOS PORTATILES Y REALEJOS
La iconografía y numerosos documentos sobre órganos portátiles de todo tipo nos presentan la existencia de un modo nada fijo y muy versátil de "concertarse" el órgano con una amplia gama de instrumentos musicales de todas las familias. Lo sorprendente es que esta información comienza a llegarnos casi 400 años antes de la invención del "concierto".
Enumeramos una corta lista de fuentes por considerarla suficientemente representativa. Frescos de la Catedral vieja de Salamanca, relieves del monasterio de Alcobaça (Portugal), pinturas de Giotto, Van Eyck, Memling, Coello y numerosos artistas anónimos. No queremos silenciar otro fresco existente en la iglesia parroquial de Castronuño (Valladolid). Los documentos, aunque dispersos, se unen a las artes plásticas añadiendo noticias y concretísimas descripciones locales.
Estudiar cada uno de estos testimonios rebasaría los límites de este trabajo y nos haría salir largamente a la alta mar de la organología.
Por esto, enumeraremos sumariamente los grupos instrumentales y vocales con los que se concertaban y actuaban los órganos portátiles.
Organo laúd
Organo dulcimer y coro de cantores
Organo violoncello, mandolina y cantores
Organo arpa, instrumentos de arco y cantores
Organo arpa, flauta travesera, tambor, otros instrumentos y cantores
Organo trompeta, sacabuche, arpa y viola
Organo arpa y coro de cantores
Organo coro de cantores
Organo dulzaina, tambor, sacabuche, viola, laúd, arpa, flauta, címbalo y coro de cantores (capilla musical completa)
Organo carillón, tímpano y viola
Organo trompeta, arpa, laúd y viola
¿Dónde y cuándo se celebraban estos "conciertos" con órgano portátil? Es el equivalente de preguntarnos qué uso y empleo se hacía del órgano portátil o realejo en sus diversos tipos. De paso nos informaremos de las actuaciones de coros, cantores, solistas y demás instrumentistas.
Conocemos casos en que el órgano ameniza reuniones familiares, pero esto no era lo más frecuente. El órgano portátil se emplea, sobre todo, en los salones de las cortes, aposentos reales y sus cercanías, salones de castillos y de casas señoriales, en los ensayos y actuaciones de los cantores de catedrales, monasterios y templos. Este es el marco general de las intervenciones de las capillas musicales con ministriles y órgano, pero la gama de intervenciones es mucho más amplia: recepciones en palacios, danzas y piezas de variados estilos en salones de la corte, solaz de reyes y grandes señores, misas, procesiones, oficio cantado de los cabildos, cultos varios en capillas de algunas catedrales, procesiones...
También existen pintorescas noticias de algunos viajes reales en los que participaban e intervenían los cantores de instrumentistas de la capilla musical, un órgano portátil y su organista. Es el caso del órgano realejo construido por el Maestre Gil y tasado por Cristóbal de León. "Dicho órgano está en palacio en la guarda joya, y es el órgano que sirvió en la última jornada que S.M. (Felipe II) hizo a Monzón, que el dicho órgano es pequeño y tiene dos pares de flautas y dos pares de dulzainas y dos o tres mesuricas de caños pequeños".
Pasemos ahora a otro punto de suma importancia por su alcance y participación popular y por su universalidad en todas las regiones españolas desde comienzos del siglo XVI hasta el siglo XIX: las procesiones del Corpus Christi y su Octava. El órgano u órganos realejos y organistas, variedad de instrumentos con sus ministriles, coros y cantores, salían a la calle, actuaban a lo largo del recorrido de la procesión y lo hacían al aire libre entre el pueblo. Testimonios elocuentes los de las Catedrales de Sevilla, Toledo, Cuenca, Palencia...
No es difícil ni mucho menos inexacto reconstruir con la imaginación, sobre la base de numerosos datos y testimonios dispersos, la solemnidad y la manifestación de fe de la procesión del Corpus y octava. Presentaremos los elementos sin ampulosidad alguna, casi como en esquema.
Abren el paso cruces labradas, acólitos, ministros, clero con ornamentos; en el centro, una custodia como las de Arfe; el pueblo con sus mejores galas, los balcones engalanados, las calles limpias por las que va discurriendo larga y solemne procesión, con masiva concurrencia haciendo el recorrido o alineados a lo largo de él... Músicos con variados instrumentos de todas las familias, órganos portátiles llevados en sus andas y depositados de trecho en trecho para tañer solos, para acompañar el canto llano y el canto de órgano, para unirse con los demás instrumentos y dar al viento un concierto de variadísimos timbres... Creemos, sin embargo, que una esquemática descripción jamás podrá compararse con la realidad de estas festividades.
La solemnidad inusitada del Corpus, sacando órganos portátiles, instrumentos y coros a la calle es una manifestación religiosa y musical de identidad y tipismo únicamente españoles y de todas las regiones, sin paralelo alguno en los demás países de Europa. Es también una realidad vivida desde finales de la Edad Media en Castilla y León hasta el siglo pasado.
Resumiendo: es un hecho la actuación "concertada" de órganos portátiles, coros y amplia gama de instrumentos; los testimonios escritos y las artes plásticas lo han inmortalizado desde los siglos XIII y XIV. Otro hecho, desafortunado, es que no han llegado hasta nosotros partituras de estas variadas y pintorescas orquestas. Finalmente, notemos que unos mismos tipos de órganos portátiles y realejos se emplean simultánea e indiferenciadamente para finalidades profanas y religiosas, aunque con el correr de los siglos se advierte la tendencia del órgano portátil y realejo a quedarse preferentemente en los templos.
VIII. ORGANOS PORTATILES, REALEJOS y POSITIVOS EN CASTILLA Y LEON
Hemos examinado los conceptos, el vocabulario, los datos técnicos, los componentes, una sumaria iconografía y algunos testimonios acerca de los variados tipos de órganos pequeños, de sus actuaciones como solistas, como acompañantes de coros y como integrantes de un amplio grupo instrumental.
Resultaría interesante examinar también los ejemplares de todos estos tipos que han sobrevivido hasta nuestros días y que actualmente se hallan diseminados por la región castellano-leonesa. Estos preciosos y escasísimos ejemplares nos ayudarán a conocer mejor nuestras raíces en cuestión de música de tecla, a valorarlos justamente ya mirar por su conservación y restauración.
1. Organitos portátiles miniatura.
Salamanca, Catedral Vieja. Fresco. Un ángel y organista medieval sostiene un precioso organito. Sus 13 tubos están dispuestos en forma de flauta de Pan en una sola hilera, con los tiples a la izquierda y con el curiosísimo dato de un organista zurdo. Dos torres minúsculas hacen de costados de la tubería y el secreto o caja del viento apunta un minúsculo pedestal. El organito tiene una tesitura de tiple y entra, en términos organeros, en "ventidocena". Las teclas .parecen ser diatónicas, alcanzando octava y media, y se tañen con una sola mano.
Burgo de Osma, Catedral. Portada. Un organista medieval inmortalizado en piedra y rodeado de instrumentistas, tañe un organito de siete tubos, lo que nos indica que dispone de una sola octava diatónica aguda y que también entra en "ventidocena".
León, Catedral. Vidrieras norte. Otro precioso organito muy semejante al de Burgo de Osma y a los que aparecen en las miniaturas de las Cantigas. Estos testimonios hechos piedra, pintura y vidriera nos recuerdan los organitos que se tañían con una mano y se entonaban con la otra, organitos que eran conocidos en las cortes medievales de España.
2. Organo portátil con pie.
Cuando faltaban 300 años para que este tipo de órganos se llamaran "realejos", el maestro que labró la portada principal de la Catedral de León nos legó el relieve de un precioso órgano. Sus tubos, mucho mayores que los antes mencionados, dos octavas más graves, en dos hileras con 24 tubos cada una, con los pies y bocas de los caños formando una línea, entra en "octava". Un niño lo entona con un fuelle de cocina. El organista tañe una música más rica, puesto que lo hace a dos manos, quizás en forma de "organum".
Este ejemplar único en nuestra región nos recuerda un órgano medieval de tamaño medio (positivo de pie en Europa) que precisa ya dos personas para su correcto funcionamiento: el tañedor a dos manos y el entonador. Los tubos están en forma de flauta de Pan formando una fachada y una espalda cantantes, son notablemente más numerosos y más extendidos hacia los graves que en los modelos anteriores, expresando así la adaptación del órgano para interpretar la polifonía naciente.
El órgano aparece en un cuadro en que la liturgia celeste toma elementos conocidos de la terrena: un coro de redimidos que canta a su salvador, un órgano que los acompaña y una multitud de instrumentistas "concertados" a la que se unen ministros litúrgicos.
3. Organos realejos de mesa.
Nuevamente tenemos que retornar a Salamanca, al Museo de la Catedral. Allí encontramos dos órganos que, aunque pertenecen al género de nuestro Realejo, se llaman en Europa "positivos de mesa"; por esta razón los trataremos por separado. Son los únicos instrumentos de este tipo existentes en Castilla y León y ambos son del siglo XVI.
Catedral Vieja. Capilla dorada. El originalísimo órgano construido antes de 1530 tiene una caja de forma triangular pintada al óleo y con un batiente de la misma forma que, al cerrarse para proteger los tubos, luce un óleo con la Oración del Huerto. Al abrirse deja ver una tubería en forma de flauta de Pan, plantada sobre su secreto. Sólidos herrajes, como los del batiente, protegen el teclado.
Catedral Vieja. Museo. Otro ejemplar único en nuestra región, el llamado "órgano de Salinas", pertenece al mismo género, aunque su forma y la disposición de su cañutería son distintas del anterior. Se tañe y entona colocado sobre una mesa. Es de respetable envergadura para su clase. Tiene un teclado de 42 notas y la primera octava es corta: como los esquemas de teclados que Fray Tomás de Santa María publicó en su tratado en Valladolid por el año 1563. Las posibilidades sonoras del instrumento están suficientemente sugeridas por los cinco registros, cuyas correderas salen por ambos costados del órgano, y entre los que hay lengüetería en dos medios registros.
La caja es, sencillamente, una maravilla. Sobre el teclado se levanta un primer cuerpo a modo de pedestal tallado por los cuatro costados. Pero la decoración se desborda en el cuerpo principal (que oculta la cañutería); una magnífica talla, enmarcada por pilastras estriadas, representa la raíz de Jessé por la parte que mira al organista; los costados lucen tallas con variados símbolos igualmente enmarcados. Remata en frontones con mútulos de estilo renacentista.
4. Dos órganos realejos
Dos preciosos Realejos, uno de salón y otro procesional, son los únicos representantes supervivientes de este tipo en la región castellano-leonesa. Junto con los de Salamanca, son los órganos más antiguos que, afortunadamente, aún podemos admirar; ambos son del siglo XVI. Se trata del realejo procesional existente en el Museo de la Catedral de León y del realejo que perteneció a la reina doña Juana y se guarda celosamente en el Museo del Real Monasterio de Santa Clara, en Tordesillas.
El órgano procesional de León tiene la forma exterior y caja semejante a un armario policromado. El pedestal oculta dos pequeños fuelles de cuña que se entonan mediante unas cuerdas que sobresalen por un costado. El teclado es de 42 teclas y octava corta. Sus registros están a ambos costados y se sacan mediante unas correas anudadas a las correderas. A la altura de la cañutería interior hay dos puertecitas de acceso a ésta; probablemente sirven también para dejar salir el sonido en toda su plenitud, requisito indispensable cuando se tañe en la calle al aire libre. Cuatro robustas asas de hierro sólidamente clavadas en los costados reciben los dos varales con los que cuatro personas trasladaban el órgano en las procesiones y quizás por las capillas de la Catedral. Es un ejemplar único de realejo procesional.
La reina doña Juana heredó de sus padres el gusto por la música, el canto, la música de tecla e instrumental. Su formación fue exquisita en este sentido y tañía admirablemente. El realejo de salón que fue de su propiedad y se conserva en Tordesillas, está en perfecto estado: lo pulsó durante muchos años el organista Martín de Salcedo, unas veces como miembro de la capilla musical de la Reina, otras veces como intérprete solista para solaz del retiro de su señora.
Este órgano, el más antiguo de la provincia de Valladolid, ha sido restaurado por G. Grenzing con vistas a la grabación discográfica de las obras completas de Antonio de Cabezón, que ha realizado el eminente concertista Antonio Baciero.
Dos pequeños fuelles cuneiformes, el inferior como alimentador y el superior como depósito, proporcionan viento al órgano. No están directamente ocultos por el pedestal, como era el caso del procesional de León, sino a la espalda. Se ha instalado un dispositivo en la fuellería para recibir el viento de un ventilador eléctrico. El teclado, también de 42 notas y octava corta, está protegido por una tapa con su cerradura. Dos puertecitas dan acceso a la cañutería interior. Los medios registros salen por los costados. Los fríos datos técnicos no deben hacernos olvidar que este realejo es único en nuestra región y de un valor musical e histórico incalculable.
5. Organos positivos.
Ya hemos tratado con amplitud el tema del órgano "positivo", incluyendo explícita referencia a la región castellana y leonesa. No quisiéramos dejar el tema sin recordar el único órgano positivo "exento" : el existente y cantante en la capilla de San Enrique de la Catedral de Burgos. Está diseñado para ser visto por todos los costados. Su decoración es sobria en el pedestal, pero, cuando nos acercamos a la altura del secreto, las tallas y relieves se hacen más y más abundantes. El triple cuerpo central luce castillos o grupos de tubos simétricos y remata con elegancia y magnificencia en una cornisa coronada por una balaustrada. Se ha respetado su entonación manual.
6. Conciertos con órganos portátiles.
La iglesia parroquial medieval de Castronuño (Valladolid), posee un fresco de inmenso valor simbólico y musical: el pincel anónimo que lo estampó quiso representar a la Santísima Trinidad coronando a Nuestra Señora, mientras un grupo de ángeles músicos interpretan un concierto con instrumentos de viento y cuerda.
Dimensiones aproximadas:
Altura: 4m.
Ancho: 2 m.
Fondo: O 80 m
(1) teclado
(2) secreto
(3) pedestal
(4) cuerpo principal
(5) registros de mano izquierda: bajos
derecha: tiples
(6) coronación
(7) lengüetería exterior horizontal
(8) cañutería cantante de fachada
Los ángeles músicos son cinco: dos tañen trompetas, otro lo hace con vihuela de arco, otro toca un arpa y, finalmente, un organista. Interpretan el concierto según las partituras que sostienen dos ángeles niños. El organista tañe un órgano portátil idealizado, de grandes teclas, con tubos de fachada cantantes, mientras un compañero le asiste como entonador.
El testimonio gráfico de este fresco, único en la provincia de Valladolid, evoca cómo eran las procesiones de las grandes fiestas, especialmente del Corpus, y los músicos que en ellas intervenían, los instrumentos, los coros y los órganos portátiles realejos. Aquí está el valor musical simbólico y rememorativo del fresco que corona el arco triunfal de la iglesia medieval de Castronuño.
Como comentario y complemento, sin pretensión alguna de máximo exponente, citaremos lo que acaeció en Palencia a mediados del siglo XVI. Los primeros jesuitas de Palencia escriben al General el 29 de octubre de 1560: "El día del Corpus Christi, aunque fuimos pocos los de casa, siendo exhortados y prevenidos (por la parroquia de San Lázaro)...a que hiciésemos la fiesta del Corpus Christi, ofreciéronse ellos con todos sus hornamentos y cruz y órganos y ministros; se hizo con tanto concurso de gente que pareció ser el día de la fiesta, seyendo solamente día de la Octava".
Esta procesión con órganos portátiles, en consonancia con el fresco de Castronuño, fue mucho más modesta que aquellas otras en que se desplazaba toda la capilla musical de la catedral de Palencia a Paredes de Nava, a Becerril de Campos, a Magaz... Nuestro ejemplo es mucho más sencillo y carece de rumbos catedralicios, por lo que le consideramos más representativo de lo que ocurría en el ámbito de la geografía española.
Ponemos punto final recordando cómo en Castilla y León se dio el hecho musical de actuar "concertados" órganos portátiles realejos con instrumentistas de todas las familias y coros, ofreciendo conciertos al aire libre y en medio del pueblo. Ojalá el presente trabajo contribuya a un más amplio conocimiento, aprecio y puesta al día de nuestro caudaloso patrimonio musical.
BIBLIOGRAFIA
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