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A base del material folklorístico facilitado por Bartolomé Beltrán Rodríguez, erudito escritor y ensayista, y académico correspondiente en Albacete de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, vamos a escribir un breve trabajo sobre la villa de Vianos, de la geografía albacetense, tan bien cantada por el maestro "Azorín" y otros ingenios.
"Azorín" llamó a Albacete el "Nueva York de la Mancha", no por la altitud de sus edificios, ni por la densidad de su tráfico rodado. Tal apelativo se debió a que, en su época, Albacete contaba con innumerables fábricas de harina, situadas a uno y otro lado de la vía férrea, y el viajero, en la noche, veía deslizarse con el movimiento del tren un mar de luces que alumbraban en las factorías.
Vianos es un pueblo eminentemente agrícola y ganadero, tales son sus medios de vida, y su centro comercial está en la propia capital albacetense.
El gentilicio correcto de los naturales de Vianos es el de "vianescos".
A continuación, incluímos los datos más importantes de la información, de tipo antropológico:
DICHOS
Los dichos aclaran muchas cuestiones y exacervacismos locales.
Lo que no quieren los de Vianos,
no lo quieren los cristianos.
Esto suele decirse porque, cuando los labradores de Vianos -pueblo de la serranía albacetense, perteneciente al partido judicial de Alcaraz- no quieren que llueva, los de los pueblos comarcanos piden el beneficio del agua.
"Chira, no firmis". Obedece esta expresión a que, cuando la Guerra de Cuba, fueron agentes del Gobierno para reclutar a los mozos en edad de tomar parte en la contienda y, había, a la sazón, en este pueblo, un individuo apodado "Chira", y las mujeres, desde la calle, gritaban, generalizando, aunque se dirigían al así apodado: "Chira, no firmis".
En la actualidad se sigue utilizando esta locución proverbial cuando en esta villa algún vecino ha de firmar un documento, algo que, de modo aparente, no está claro y encierra algún compromiso para el interesado.
COPLAS POPULARES
Del repertorio de canciones populares, incluímos, para el debido conocimiento de los lectores las que figuran en esta interesante exposición:
La jota me das que cante,
la jota yo no la sé;
por darle gusto a mi amante,
la jota yo cantaré.
La Pepa me dice sí,
la Juana me dice no;
y mi madre me aconseja
que ninguna de las dos.
Cuando paso por tu puerta
echo un rebuzno,
p'a que diga tu madre:
-Ya está aquí el burro.
Asómate a la ventana,
canalera chucurría,
cara de melocotón,
trompuda del alma mía.
Como no hay fronteras entre los pueblos, algunas de las coplas populares se repiten en otras poblaciones, con algún que otro matiz.
APODOS
No hay pueblo sin apodos, con los que se han crismado a sus hijos, alguno de los cuales han servido para designar a un grupo familiar a través de las generaciones. No todos parecen acertados, pues, en muchos casos, hacen alusión a características morfológicas de quien primero lo recibió, sin que éstas sean comunes en sus descendientes.
El aspecto concerniente a los apodos de Vianos, que se va a poner de relieve a continuación, es el referente a los más significativos apodos o motes:
"Goyita", "Quinto", "Melón", "Pepino", "Tomate", "Bolero" "Corriche" "Penacho" "Cambiao" "Manduca", "Calabaza", "Chira", "Trinca", "Pillín", "Bellota". A estos apelativos ha de seguir un largo etcétera, pues aún hay más.
En fin, casi todo el catálogo de frutos del campo, incluídas las solanáceas, muy gustosas en tamaña ensalada de alias, de una fantástica imaginación.
Y, como no es éste el momento de agotar a los lectores en sus bien ganadas vacaciones, ponemos punto final a este viaje por lo popular de Albacete.
Vianos es hoy objeto de nuestra atención.